"Me echaron de Netflix por un comentario que hice en un campo de futbol"


  • Después de hacer un comentario desafortunado sobre un actor acusado de agresión sexual, mientras dirigía en el juego de su hija, Andy Yeatman rápidamente se arrepintió, y fue sorprendido cuando la plática provocó su despido del trabajo que tanto amaba.

Elliott, Kutcher, Masterson y Winger en una imagen promocional de The Ranch / Cortesía

Andy Yeatman

Siempre les digo a mis hijas que las palabras tienen poder. Y el mes pasado, en la orilla de un campo de futbol infantil, recibí un brutal recordatorio de cuánto poder tienen.

El futbol es un asunto familiar: Soy entrenador del equipo de nuestra hija de 9 años. Mi esposa, Lilly, entrena al de nuestra hija de 7 años, y la de 4 años es nuestra fan número uno. En el fin de semana del 3 de diciembre de 2017 tomé un vuelo a casa después de un viaje de negocios para estar en el partido de las finales de mi hija mayor.

Justo cuando el juego comenzaba y me aseguraba de que las niñas se ubicaran en sus posiciones, una mujer que no conocía se acercó y me preguntó si trabajaba en Netflix. Luego me preguntó por The Ranch, una serie con la que no tenía nada que ver: Yo era director de Contenido para Niños y Familia. Al principio asumí que se trataba de otra mamá que quería hablar sobre si le gustaba o no cierto programa. Para los empleados de Netflix esto es común. Sin embargo, la conversación cambió cuando preguntó por qué Netflix no había cancelado el programa después de que uno de los actores, Danny Masterson, había sido acusado de agresión sexual. Nunca trabajé en esa serie, no lo conocía y no tenía idea de lo que me estaba hablando.

En ese momento debí haberme disculpado y haberle dado los datos de alguien de la compañía que estuviera autorizado para hablar sobre el tema. Lamentablemente, no lo hice. Mi respuesta, que esperaba que pusiera fin a la conversación para poder enfocarme nuevamente en el partido, fue desastrosa. Le dije: "Netflix toma esos asuntos muy en serio. Quizás en este caso no les creemos (a los acusadores)". Inmediatamente me arrepentí. 
Cuando me dijo, antes de irse, que ella era una de las víctimas, mi corazón se hundió.

2017 fue un año difícil en muchos frentes, pero un hecho extremadamente positivo fue que las mujeres (y los hombres) están intensificando la lucha contra el acoso y el abuso sexual, que se ha prolongado durante mucho tiempo. Este movimiento comienza a dirigirse hacia el rumbo correcto y creo que los hombres que abusan de su poder, para lastimar a las mujeres, son totalmente responsables. Nunca imaginé, sin embargo, que este movimiento social y positivo que estamos viendo me costaría mi trabajo, fue el resultado de un comentario improvisado y descuidado.

Ahora me doy cuenta de que mis palabras en ese campo de futbol, llamado Los Feliz, reforzaron sin querer la creencia ampliamente arraigada por parte de las víctimas de abuso sexual de que las personas en el poder generalmente no les creen. Siempre me he esforzado por ser reflexivo y prudente. Pero en ese breve periodo de tiempo fui timorato e involuntariamente derramé sal sobre algunas heridas muy reales. Me disculpé en ese momento y me responsabilizo hoy por ello.

Las repercusiones de esa conversación de 30 segundos llegaron rápidamente: recibí una llamada de un periodista de Huffington Post mientras aún estaba en la cancha. Un día después, los comentaristas en Internet me llamaron de maneras que no repetiré. Me tomaron totalmente desprevenido. Ver mi nombre asociado a historias sobre agresión sexual me daba náuseas cada que recibía una nueva alerta de Google. En una semana perdí el mejor trabajo que he tenido y los titulares de noticias comenzaron de nuevo: encabezados que podrían seguirme el resto de mi carrera.

No culpo a nadie por esto excepto a mí, pero me duele que los medios malinterpretaran mis comentarios y el incidente. Por ejemplo, al buscar a la mujer después del juego para pedirle disculpas describieron mi actitud como condescendiente y grosera.

Cuando me pidieron que escribiera sobre lo que sucedió tuve un conflicto. Ya había revivido el incidente muchas veces. Más importante aún, experimenté de primera mano cómo un solo comentario puede desviar una vida de su curso. Estaba nervioso (y aún lo estoy), pero al final decidí que valía la pena compartir lo que había aprendido. Para mí, la lección más importante es que el dolor causado por el acoso sexual y otras formas de abuso está mucho más extendido de lo que había imaginado. Algunos de mis amigos más antiguos, al contactarme después de este incidente, han compartido sus propias experiencias como víctimas. En aquel momento me sorprendió escuchar que la persona que se acercó a mí fue una víctima; ahora veo que no debí comportarme así.

También aprendí de la peor manera que en la era de la comunicación de masas siempre traemos puesta la playera de la compañía para la que trabajamos. Siempre estamos bajo los reflectores, nos guste o no. Pero también aprendí que incluso en la era de las redes sociales son tus relaciones personales las que más importan. Es cierto que los ataques en línea y los titulares anónimos nos sacudieron a mi familia y a mí. Especialmente porque siempre hemos estado de parte de aquellos que luchan para terminar con el abuso y el acoso sexual. Pero el apoyo que hemos recibido de amigos mantuvo nuestra expectativa positiva. Entonces, con ese apoyo sigo adelante, ahora espero ser más sabio y parte de la solución.

Netflix despidió a Masterson de The Ranch el 5 de diciembre. El actor ha negado todas las acusaciones de violación.

Una versión de esta historia apareció por primera vez en enero en el número 10 de la revista The Hollywood Reporter.

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