El cine de animación, de lo arcaico hacia el futuro

La invasión que el cine en animación consuma poco a poco en la cartelera nos deja un mensaje implícito, los pasos agigantados que la tecnología realiza dentro del Séptimo Arte son una “realidad”, pero sobre todo los que realiza en este género son una ventana fidedigna de lo que sucede hoy día.
Es decir, el género de animación ha crecido tanto y ha revolucionado de tal manera al cine, que las caricaturas (cartoons), aquellas de antaño que hicieron de Walt Disney una de las empresas más poderosas del vecino país del norte, poco a poco han ido desapareciendo, si no es que ya han sido totalmente relegadas de escena.
Luego de haber descubierto que el público infantil es y será siempre un mercado bastante redituable, el cine de animación se convirtió en la herramienta perfecta para Hollywood, además con las garantías que la producción ‘virtual’ deja económicamente hablando.
Para muestra de ellos sólo algunos títulos que han invadido al mercado infantil en últimos años; Toy story 1 y 2, Bichos, Antz, El extraño mundo de Jack, Monsters Inc., Shrek 1 y2, Sharktale, Madagascar, La era del hielo 1 y2, Wallace y Gromit, El cadáver de la novia, Cars y Vecinos invasores, sin contar las que están por venir; La casa de los sustos, Ratatouille, Flushed away, Open season, La granja, Las aventuras de Lucas, Garfield 2 y Shrek 3, entre otras.
E incluso recientes participaciones de Europa con animaciones en caricatura como Mío Cid (España, 2003) Los niños de la lluvia (Francia, 2003), Las trillizas de Belleville (Francia, Canadá, Bélgica, 2004), o El Arca (Francia, 2004), donde el dibujo sigue siendo una forma de expresión artística capaz de contar una historia, pero lo que sucede en Hollywood podría poner en peligro esta forma de hacer animación.
Aquí el panorama es desalentador si pensamos en el cine mexicano, quien en el transcurso de los años ha sido un simple espectador de lo que ocurre en el género de animación en sus distintas expresiones, como lo es el del dibujo o la caricatura, o la técnica conocida como stop motion, las cuales quedaron solamente en mera experimentación, con participación en distintos festivales pero lejos de una buena comercialización.
Pero no sólo en el entretenimiento infantil la revolución virtual ha encontrado cabida, sino que en el cine “real” la tecnología cada día se afianza más y como ejemplo claro de ello están la aparición del cine digital y los efectos especiales, concepto tan recurrente en la industria en busca de ganancias millonarias y sobre todo cuando nos referimos al género de ficción.
Esto ha desencadenado en la participación de personajes virtuales, como Jar Jar Binks en el Episodio I, en el que Ahmed Best prestó sus movimientos y su voz, así como las excepcionales actuaciones de Andy Serkis como Gollum en The Lord of The Rings, y King Kong, como el famoso gorila gigante, al grado de crear polémica en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en el vecino país del norte, al plantear la duda sobre el reconocimiento que hay que hacer por el desenvolvimiento histriónico de estos personajes. Pero esta temática requiere un espacio aparte.