Alemania resurge
BERLÍN (AP) Durante más de medio
siglo, el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial significó que la mera mención
de un nuevo aumento del poder alemán causaba escalofríos en Europa. Ahora,
Alemania cada vez más está dictando políticas para todo el continente, pero a
nadie parece preocuparle.
El canciller polaco Radek
Sikorski -cuyo país perdió millones de personas en la invasión y ocupación nazi-
sorprendió a muchos esta semana cuando hizo un llamado a una mayor influencia
alemana.
“Ustedes saben muy bien que nadie
más puede hacerlo”, dijo Sikorski ante una audiencia mayoritariamente alemana
en Berlín. “Probablemente soy el primer canciller polaco que lo dice, pero aquí
va: Yo temo menos el poder alemán que lo que estoy comenzando a temer la
inacción alemana”.
Líderes europeos están sumamente
nerviosos por una deuda insostenible que pudiera lastrar la economía global.
Desde las calles hasta los salones de poder, todos los ojos apuntan a Alemania
-la mayor economía de Europa- en busca de guía para sacar al continente de la
crisis.
“Alemania debe tomar el papel de
liderazgo porque en estos momentos, económicamente, es la única que puede
hacerlo”, dice Nacho Criado, un español de 31 años, en camino a su empleo como
instalador de cables de fibra óptica en Madrid.
El viernes pasado, la canciller
federal alemana Ángela Merkel presentó un esbozo de plan de acción diseñado por
Berlín para contener la crisis europea, llamando al establecimiento de reglas
más estrictas para controlar los presupuestos nacionales. Merkel fijó la agenda
para la importante cumbre de la Unión Europea esta semana, diciendo que la
reunión va a lidiar con una estrategia para asegurarse de que los países
respetan las reglas y redactar esos cambios en tratados de la UE.
Al mismo tiempo, Merkel le restó
importancia a cualquier temor sobre una preponderancia alemana en Europa.
“Nuestras directrices para la
semana próxima son claras, pero quiero recalcar que no tienen nada que ver con
temores o preocupaciones que estamos escuchando de que Alemania quiere dominar
Europa ni nada parecido”, dijo. “Eso es absurdo”.
Sin embargo, cada vez más esos
temores parecen volverse en esperanzas.
El canciller austriaco Werner
Faymann, cuyo país a menudo vive a la sombra de su vecino mayor, desestimó
cualquier preocupación por un renovado dominio alemán.
“Yo estoy realmente feliz”, dijo
acerca de las iniciativas de Merkel para Europa.
Algunos europeos se han
preguntado con horror qué sucedería si Alemania se hastía de los problemas de
la deuda en Europa y simplemente se desentiende.
“¿Qué quedaría del euro si
Alemania dice adiós? Un castillo de naipes”, dijo Lennart Sacredeus, un
legislador del Partido Demócrata Cristiano, uno de los partidos de la coalición
gobernante en Suecia, en un artículo en el periódico Svenska Dagbladet.
Durante toda la crisis, Merkel ha
colaborado estrechamente con el presidente francés Nicolas Sarkozy, el líder de
la segunda mayor economía en la zona del euro. Pero Sarkozy, cuya popularidad
ha caído a menos de un año de las elecciones, se ha mostrado recientemente
mucho más dispuesto a aceptar el modo de pensar de la gobernante alemana.
En particular, ha adoptado ideas
alemanas de que los países cedan control de una porción de sus presupuestos a
una autoridad central, a expensas de un poco de soberanía nacional.
El ministro francés de finanzas
habló esta semana sobre “un esfuerzo franco-alemán” para salvar el euro. Hizo
notar que el éxito económico alemán y lo comparó con las dificultades de la
deuda en Francia, y concluyó, en una entrevista radial: “Alemania es un modelo
que nos interesa”.
La oposición política francesa,
en tanto, ha criticado a Sarkozy por seguir la pauta de Merkel.
“Durante meses, la señora Merkel
es quien ha decidido y Nicolas Sarkozy el que obedece”, dijo el candidato
presidencial socialista Francois Hollande esta semana.
Pero los europeos parecen cada
vez más inclinados a apoyar el liderazgo de Alemania, o al menos tolerarlo.
“Este gobierno no teme a Alemania”,
dijo el analista político italiano Sergio Romano, sobre el nuevo gobierno de
tecnócratas encargado de resolver la crisis de la deuda en Italia.
“No lo ha dicho tan
explícitamente, pero diría lo mismo que dijo Sikorsky: Tememos más una Alemania
impotente que una Alemania poderosa”.
Mientras que el ex primer
ministro italiano Silvio Berlusconi rechazaba la interferencia alemana, el nuevo
premier Mario Monti dice que la cultura alemana de estabilidad es “una de sus
mejores exportaciones”.
“Siempre me han considerado el
más alemán entre los economistas italianos, lo que me ha parecido un elogio,
aunque realmente no tenía esas intenciones”, dijo Monti recientemente.
Igualmente, el presidente del
gobierno español electo, el conservador Mariano Rajoy, es considerado mucho más
abierto a un liderazgo alemán que el saliente José Luis Rodríguez Zapatero. Y
los diarios regularmente elogian la colaboración de Merkel y Sarkozy para
resolver los problemas de Europa.
Rafael Gaisse, un abogado de
Madrid, dijo que el papel de guía de Merkel es algo que la gente acepta ya como
establecido. Pero añadió que también existe la percepción de que ella a menudo
revierte un liderazgo negativo.
“Ella está impidiendo ciertas
medidas que probablemente mejorarían la situación, especialmente en lo que
respecta a la deuda soberana”, dijo Gaisse. “Hasta ahora, lo único que ha hecho
es decirle no a todo".
Expertos dicen que eso es porque
Berlín está confiado en su visión.
“El gobierno alemán está
convencido de que su argumento intelectual ha sido probado, uno necesita las
estabilidad, más reglas, más sanciones”, dijo Katharina Gnath, economista y
experta en ciencias políticas con el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores.
El ministro alemán de finanzas,
Wolfgang Schaeuble, ha reconocido el problema, diciéndole esta semana a
corresponsales extranjeros en Berlín que el gobierno se siente como si
estuviera siendo halado en direcciones opuestas: criticado por algunos por no
hacer lo suficiente, y por otros por imponer demasiado su agenda.
“Me siento como un bombero que es
atacado por el incendiario”, dijo.
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