Un regreso glorioso
El pasado viernes llegó al mercado el Play Station 3, la consola de videojuegos de la transnacional Sony, después de varios meses de postergación y una expectación enorme por parte tanto de los aficionados, como de los medios de comunicación (debido en buena parte a que la consola anterior fue la gran ganadora en la guerra de los videojuegos en la generación pasada).
Pero a mi parecer, el regreso glorioso del que hablamos no le pertenece al Play, sino al Nintendo, quien en su regreso después del fatídico Game Cube, apostó por la innovación y la búsqueda de nuevos adeptos, en lugar de satisfacer a los ya adquiridos.
La nueva consola de Nintendo, la Wii, hizo su aparición el pasado domingo, tres días después que el Play Station 3, y se trata de un regreso glorioso por el hecho de que esta firma fue la encargada de revolucionar la forma de ver y vivir los videojuegos hace más de 15 años, mostrándole así a los mercados de la rentabilidad de esta industria del entretenimiento.
Durante la consolidación de esta industria, en la generación anterior de las consolas, Nintendo dio un mal paso con el Game Cube, lo que permitió a Microsoft con Xbox y a Sony con el Play Station 2 posicionarse con una real ventaja, mientras que la empresa japonesa pudo mantenerse con vida gracias al Game Boy Advance y Nintendo DS.
Pero la apuesta para la nueva generación es magnífica. La principal innovación; los controladores con sensibilidad al movimiento, los cuales ampliarán la ya de por sí gama de títulos y temas en los juegos, lo que traerá como consecuencia también nuevos nichos, como lo son las mujeres y un parámetro mayor de edades.
El Xbox 360 y el Play Station 3 podrán seguir con su disputa mercadológica y tecnológica con los gráficos y movimientos cada vez más realistas, y la versatilidad con los controles “tradicionales” con el joystick integrado y los botones funcionales, mientras que Nintendo realiza su regreso triunfal con el Nintendo Wii, digno del siglo que comienza y es a su vez un puente de transición entre el siglo de los inventos y el siglo de la tecnología digital.
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